El Buen Padre a Sr Eudoxie Coudrin, 1829
“Me acuerdo de todos muy frecuentemente, especialmente de la Buena Madre a la que dejé tan enferma en Paris. No olviden que, después de Dios, todo se lo debo a ella. Su corazón es tan grande como sus pensamientos; su alma ha estado sufriendo desde que cargó con la cruz de nuestro Señor. Guarda la memoria de su vida que son tan preciosos para su familia, porque ella nos mantiene y nos custodia. Su corazón es la barca en la que, a pesar de las tormentas, lleva todo lo que atañe a la Congregación. Mientras más vivo, más convencido estoy de esta verdad”.
El Buen Padre"Sea siempre buena y conforme con la santa voluntad del Señor que nos ha dicho: “Cuando eras joven, ibas donde querías, pero cuando seas mayor, otro te ceñirá y te conducirá adonde no quieras".
Buena Madre
“Hagan todo con espíritu de desprendimiento; es el camino para gozar de la verdadera vida”.
Carta del Buen Padre a Monsieur Aymer de la Chevalerie, hermano de la Buen Madre
“Siento toda la pena que experimenta. Sabe cómo la comparto. Que el pensamiento de que su sierva goza del premio eterno aminore sus dolores y la intensidad de su pena. Han perdido a la mejor de las hermanas, y nosotros también lloramos la muerte de la que ha sido siempre nuestro consuelo”.
La Buena Madre“Continúen confiando en mí después de mi muerte y prometo que les ayudaré. Prometo que les conseguiré todo lo que necesiten”.
Circular del Buen Padre, 1834“Muestren por su regularidad, su obediencia y la práctica de las virtudes religiosas, que conservan con cuidado el precioso legado de la Buena Madre”.
Últimas palabras de la Buena Madre. Con la última palabra en sus labios, "corazón", expiró. “¡Quiero todo lo que Tú quieras! …Sí, mi Dios, Tú sabes que te quiero con todo mi corazón y que estoy dispuesta a morir, si así lo quieres…Sí, ¡quiero amarte siempre! ¡Dios mío, te doy mi corazón!”.