Queridas Hermanas:
Saludándolas con cariño y sabiéndonos unidas en la fuerza de Dios que nos habita, queremos ir compartiendo con ustedes a través de este medio, la marcha y desenvolvimiento de nuestros 35º capítulo general.
El miércoles por la tarde ya estábamos en casa la totalidad de hermanas y hermanos capitulares así como los equipos de traducción y apoyo técnico. Todas y todos listos para comenzar.
Por la noche tuvimos la apertura de los capítulos con la Eucaristía preparada por nuestras hermanas y hermanos de los gobiernos generales. Entramos a la capilla en procesión llevando a la Virgen de la Paz a quien encomendamos nuestros capítulos. Al entrar a la capilla se nos invitaba a hacer un gesto con el agua que nos recordara nuestra consagración bautismal. Rosa Maria dio unas palabras de motivación y continuamos la celebración presidida por Javier Alvarez-Ossorio.
Durante la celebración se resaltó la memoria de Pe. Eustaquio que nos invita a ser portadoras/es de Salud y Paz. A partir del evangelio, Javier nos invitaba a reflexionar sobre el “dejar entrar a Jesús en nuestra casa” para ser sanadas/os y ponernos a servir. Y desde la primera lectura que fue muy oportuna, a ser humildes para dejarnos tocar y mirar con realismo lo que somos.
El jueves por la mañana con la oración de apertura preparada por nuestras hermanas del gobierno general comenzamos nuestra primera sesión. Los hermanos por su parte iniciaron también su capítulo.
En la oración tuvimos tres momentos significativos donde se nos invitaba a escuchar la voz de Dios en los gritos de nuestro mundo; a ver el rostro de Dios en el rostro de nuestros hermanos y hermanas mas sufridos y a traer la realidades que necesitan ser tocadas, acariciadas y levantadas para hacer realidad nuestro lema, “necesarias para el corazón de Dios”. Después de invocar a la Ruah a través de un mantra, Rosa llama a cada capitular por el nombre expresando así, la colegialidad y nuestra disposición al seguimiento de Jesús. Ahí se nos entregaron a cada una dos signos, uno de madera con el logo del capítulo y una vela, con los cuales nos dirigimos en procesión hacia la sala capitular, colocando la vela alrededor de la Virgen de la Paz.
A continuación Rosa en sus palabras de apertura al capítulo, hace un paralelo con el reciente acontecimiento de las olimpiadas, diciendo que nosotras también en este tiempo hemos sido “entrenadas” para llegar a este acontecimiento y vivirlo con responsabilidad y entrega teniendo una meta común: llegar a descubrir para que Dios nos necesita hoy.
Posteriormente se hace la presentación de la facilitadora del capítulo, la hermana Giselle Gómez, teresiana de origen nicaragüense, quien fue acogida por la asamblea.
Luego pasamos a votar el documento del procedimiento del capítulo y a elegir las hermanas para las diferentes comisiones quedando de la siguiente manera:
Comisón de cordinación del capítulo: Mercedes Bayo, Emperatriz Arrobo y Aurora Laguarda
Secretaria: Lilian Bordón
Escrutadoras: Ratna y Maria Vidal
Comisión de redacción: Mary McCloskey, Jeanne Cadiou y Nuria Arias
Comunicaciones: Paula Teck, Helene y Liz
Cartas: Regina Mary
Recreación: Sara, Leini y Marguerite
Cabe mencionar que el gobierno general llamó a seis hermanas para prestar el servicio de traducción, con el criterio de que más hermanas puedan tener la oportunidad de vivir la experiencia de un capítulo general. Ellas son Norma Naula, PPC-Africa; Yolanda de Gregorio, España; Inés Gil de Antuñano, PPC-Asia; Hilde Reynders, Bélgica; Angela O´Toole, Irlanda; Mercedes Páramo PPC-Africa. Así mismo fue pedido el servicio de secretaria de actas a Susana Dumrauf y secretaria auxiliar a Mónica Jiménez.
Por la tarde tuvimos la dinámica de integración hermanos y hermanas dirigida por el facilitador de los hermanos y la facilitadora de nuestro capítulo.
En cuatro momentos compartimos en parejas y luego en pequeños grupos sobre preguntas que nos encaminaban al tema central de la misión, finalizando ya todos juntas/os con un fluido compartir respecto a nuestro sueño para este capítulo.
Algunos ecos de estos sueños: dejarnos guiar e inspirar por el Espíritu; vivir la fraternidad hermanos-hermanas; llegar a decisiones concretas y arriesgadas que animen e inspiren la vida y misión hoy; salir, ir más allá de las fronteras para vivir nuestra misión; misión conjunta hermanas-hermanos.
Después de este rico espacio que se dio en un ambiente muy familiar y sencillo cerramos el día con la celebración de la Eucaristía con espíritu africano.
Comisión de comunicación
Roma, sábado 1 de septiembre de 2012
03/09/2012