Boraçeia corre, vuela, ya se acaba. A Mitad de la vida aprendemos que el tiempo pasa volando, que ya no lo podemos frenar, que hay más “ayeres” que “mañanas”. Se confirma porque estando en este lugar paradisíaco, durante 22 días no hemos visto el sol más que en una ocasión. Pero sé que cuando viajas para encontrarte con Itaca, siempre te llevas una decepción porque no se ajusta a tu sueño, entonces descubres y aprendes que ha sido Itaca la que te ha hecho salir de casa para descubrir un horizonte mucho más amplio; un horizonte que ahora sí, ya apunta hacia Dios.
A la Formación Permanente en este caso, le debemos habernos sacado de nuestros cómodos sofás para enfrentarnos a nosotros mismos, contrastarnos con nuestros hermanos de la misma edad, proyectar nuestro futuro, diciendo un nuevo SÍ, al Señor, un sí que ya no vive de rentas “del primer amor” sino que es un SÍ mucho más consciente, maduro y gratuito que antes. Porque ahora entendemos mucho mejor que nuestro sí incluye entrega, amor incondicional, renuncia, vida plena y… también Cruz.
Pero el presente de Boraceia nos ha permitido jugar al vóley (con reglamento adaptado a nuestra edad), compartir los baños en la playa inmensa, maravillosa e intercambiar inquietudes vitales que nos acucian, nos preocupan y a veces nos impiden avanzar.
El 17 de septiembre recibíamos a Manuel Godoy, teólogo, director del Instituto de VR de Belo Horizonte, quien nos orientaría en las problemáticas, tendencias y desafíos de la dimensión humana del presbítero. Tensión entre PRESBÍTERO y SACERDOTE. Identidad, servicio, vida modelos que nos ayuden a vivir, ¿sacerdote, profeta, rey? ¿qué imaginario tiene la gente cuando habla del “cura”?
El día 18 volvíamos a dedicarlo a la síntesis personal y por la tarde viaje a conocer “Nossa Senhora da Aparecida”. Es difícil describir las sensaciones que se vivieron en aquel santuario, lugar de peregrinación y centro de la vida espiritual del pueblo brasileño. Se sumó a nuestra aventura Javier Álvarez-Osorio, General de la Congregación de los Sagrados Corazones, por si alguno no lo sabe.
Nuevamente con un hondo sentido de agradecimiento a la gran evangelizadora de América Latina, nuestra madre María, regresamos a nuestro “nido” para disfrutar el domingo de un día libre. Unos cuantos visitamos Säo Sebastiao con su Ilha Bella. No puedo menos de recomendarlo y no sólo sino toda la COSTA VERDE. Nadie quedará decepcionado ante tamaña belleza.
Como broche final, el lunes y martes Javier nos hacía confidentes de su experiencia espiritual. Esto nos llevaba a trabajar y reflexionar nuestro propio proceso. Cómo Dios ha ido hablando y habla hoy a cada uno. ¿Cómo puedo yo hablar de Dios?, ¿cómo la hago? ¿Tengo derecho a ser pudoroso con este tema? ¿Hablo todavía del Dios de los 20 años o he evolucionado al Dios del presente? ¿Evoluciona mi vocación? En cualquier caso sabemos ya con claridad que no somos nosotros, es él quien nos ha buscado primero. ¿Qué vías de acceso nos quedan para ir a Dios? Y ¿cómo puedo verificar que esas vías están funcionando correctamente?
Los dos días siguientes los dedicamos al retiro, orientados por José Vicente y finalizamos con un día de despedida y primeras despedidas y salidas. Allí queda Boraceia, pero la riqueza va por dentro. Hay luz, hay más luz, hay más vida y tierra donde cavar; pero hay que cavar.
¡Qué el Señor bendiga a cuantas hermanos han hecho posible este sueño y este regalo de internacionalidad y renovación! ¡Qué el Señor bendiga a esta Congregación que todavía tiene que dar muchísimos frutos y todavía tiene muchas palabras que decir al hombre de hoy que quiere conocer a Dios.
29/09/2010