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CONGREGACIÓN DE LOS SAGRADOS CORAZONES
de JESÚS y de MARÍA
Gobiernos Generales de Hermanos y Hermanas, Roma

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Entrevista con el Hermano Hervé Zamor: «DIOS ES DESCONCERTANTE»

 

 

 

¿Qué significó para ti ser facilitador de nuestro Capítulo General?

Ser facilitador de vuestro Capítulo General es para mí un honor y un signo de confianza. Quiero agradecer a la Congregación, y especialmente al Gobierno General, por invitarme a participar en este momento tan importante para el Instituto.

El primer facilitador de un Capítulo General es el Espíritu Santo. He tratado de escucharle a él y a los Capitulares. Ha sido para mí una verdadera experiencia espiritual, donde la adoración, la Eucaristía, el compartir las comidas, los intercambios formales e informales, la escucha atenta y la búsqueda común de la voluntad de Dios me han ayudado a ser peregrino con vosotros y también a ensanchar mi tienda. He recibido mucho más de lo que he dado.

Destaca algunas cuestiones que consideras importante tratar tras la celebración del Capítulo.

Una primera cuestión es la recepción de las decisiones y orientaciones del Capítulo. Esto es muy importante para que el Capítulo dé frutos para cada Hermano, cada comunidad y el Instituto en su conjunto. Esto requiere una comunicación clara y eficaz a todos los niveles.

Una segunda cuestión es el acompañamiento y seguimiento en la implementación. ¿Qué significa esto? En mi Congregación, por ejemplo, tan pronto como sea posible, cada Provincia u otra entidad administrativa organiza un capítulo local cuya misión es discernir juntos las líneas de acción y las mejores estrategias para poner en práctica lo que el Capítulo General ha decidido.

Una tercera cuestión es la elaboración por parte de la Dirección General de una hoja de ruta basada en los grandes temas del Capítulo para la animación de todo el Instituto. Este instrumento podría ser útil para las visitas canónicas y proporcionar orientaciones para la formación permanente.

Una última cuestión es la evaluación periódica, en consulta con los Superiores Mayores, de lo que se ha realizado y de lo que queda por hacer. De hecho, el objetivo de esta revisión es buscar juntos estrategias para conseguir lo que queda pendiente.

Según tu experiencia personal, ¿cómo cuidas de la fraternidad a diario?

Para mí, cuidar de la fraternidad a diario implica pequeños gestos de atención, por ejemplo una sonrisa, una palabra de ánimo a alguien que está desanimado, un servicio discreto, una presencia en la mesa con un compañero que llega tarde a la comida.

En la comunidad, aprendo a informar a los demás cuando estoy ausente, a dar las gracias como expresión de una justa valoración de las cosas que recibo, a controlar mi ira y a pedir perdón cuando he faltado a la caridad fraterna. Estos pequeños gestos de sincera cortesía me ayudan a construir una cultura de vida compartida y de respeto hacia quienes me rodean. Todo ello contribuye a hacer de la comunidad un entorno familiar donde el servicio mutuo da alegría, potencia los talentos de todos y enseña los valores de la convivencia: atención, reconocimiento, participación, colaboración y ayuda mutua.

Hemos hablado de interdependencia, nuevas estructuras y cambio. ¿Hacia dónde vamos?

Un Capítulo General es siempre un tiempo de gracia para todo el Instituto. Es el momento propicio para ampliar tu tienda. Es donde el Señor te llama a vivir su llamada a cosas nuevas. «Algo tiene que cambiar», decía el Padre Alberto en su informe. Sí, es posible. Siempre que Cristo sea el centro y la perla preciosa de tu vida, el perfume que perfuma tu vida fraterna en comunidad, la motivación de tu acción apostólica y de servicio a los más pobres.

Dios es desconcertante. Su gracia actúa siempre en el «casi nada» que cada uno de nosotros puede dar, por pequeña que sea su aportación.

¡Duc in altum! ¡Es hora de vivir tu Capítulo cada día!

 

15/09/2024