El sentimiento que aflora a este grupo convocado por el Buen Dios, ha sido el de gratitud. Y en eso se resume, esta experiencia donde “Alguien” más grande que nosotras, se hace presente y trae escucha, paz, alegría… haciéndonos bien a cada una de nosotras. Por eso estamos agradecidas.
Un encuentro en el que salimos re-creadas, con mayor fuerza y entusiasmo. Dando un paso más hacia nuestro interior, para poder salir al encuentro de la hermana.
Volvemos con un mayor sentido de pertenencia común a la Congregación. Con sus diferencias y sus riquezas, pero con el deseo de caminar juntas. La fuerza y la vida que trae la unión lo hará posible.
Un tiempo donde compartimos lo que vamos descubriendo como llamada al liderazgo, en este ministerio al que sólo podemos responder en obediencia. Desde ahí van nuestros “sies”. Desde ahí nuestro liderazgo que está llamado a ser también espiritual.
Donde seguimos constatando la fuerza que tiene nuestro carisma, y cómo nos urge a salir de nosotras mismas, y a ser en misión. Trabajar el liderazgo de la Buena Madre nos ha ayudado a descubrir su modo de acompañar a las hermanas, de hacer y ver las cosas. Su modo refleja nuestra experiencia carismática y hace que nosotras conectemos y vibremos con ello.
Hemos tenido presente a nuestras hermanas, agradeciendo la historia vivida, parándonos en las comunidades en misión y buscando formas de responder mejor a nuestra llamada con esto que somos. Hemos profundizado en lo que podrían ser las comunidades con varias presencias. También trabajamos sobre algunas claves para recrear la fraternidad, como la resolución de los conflictos, la interculturalidad, la importancia de la comunicación a todos los niveles, o el rol de las superioras como animadoras de la vocación de cada hermana, y del discernimiento comunitario y cotidiano.
Todo lo hemos hecho al modo de taller y ha supuesto profundizar en nuestra vivencia sobre cada uno de los temas, para desde ahí salir a la otra.
Terminamos con una celebración de la eucaristía donde agradecimos el paso de Dios por cada una de las hermanas de la Congregación, y el espíritu de nuestros fundadores que nos guían. Y finalmente tuvimos una salida a las scavi (necrópolis debajo de la basílica del Vaticano) y el merecido tiempo de descanso después de diez días ininterrumpidos de trabajo. ¡Qué el Señor los haga fecundos!
15/12/2016