La Casa General está rodeada de andamios, como puede verse en la imagen. Al pasear hacia Via Rivarone, según se avanza, se ve nuestra casa de fachadas viejas y balcones abundantes, pero dañados por el tiempo y las cosas del clima. Las piezas de las paredes exteriores se iban cayendo, de un balcón a otro, y trozos de hormigón también, con ya cierto riesgo de pasar por debajo si caía algo. La norma de la cuidad, siempre exigente e implacable, exige la reparación incluso si uno quiere dejar o vender su edificio, así que no hay manera de escaparse. Había habido tentativas anteriores, pero ya ha llegado el momento en que no se ha podido atrasar más. La empresa Ralli hace los trabajos. Los trabajadores acuden todos los días laborables y piso a piso van reparando huecos, piezas despegadas y pintando rejas y balcones, con algunas partes muy oxidadas.
El único problema es la alarma nocturna, ya que otros habitantes del entorno, los numerosos gatos, también participan. Al subirse por donde pueden, ahora con los andamios pueden, activan los sensores y hay que desactivarlos, para lo que hay dos encargados con funciones de despertarse y presionar el botón. Todos los demás también nos despertamos, pero el que puede vuelve al sueño. Difícil convivencia con los gatos.
Para esta obra hace falta el buen tiempo romano de la entrada del verano, también por eso ha habido que esperar. Dentro de poco podremos salir a los balcones y buscar sol o sombra, según se prefiera, si bien hay que decir que no son normalmente muy transitados. Pero el arreglo permitirá estar mejor y ofrecer más seguridad a los habitantes de dentro y a los viandantes. Los vehículos, ahora en la calle, podrán entrar a su reposo habitual. Todo para bien.
03/07/2024