Queridas hermanas, os saludamos de nuevo desde Medellín las hermanas que estamos en la experiencia de esta preparación a los votos perpetuos.
El mes de marzo ha sido un mes lleno y rico en encuentros y distintas experiencias que os queremos compartir. Hemos podido compartir con nuestro hermano Guillermo Rosas sobre la Reparación y la Consagración a los Sagrados Corazones en un clima muy bueno y de apertura a las novedades de este mundo que sigue necesitado de la ternura del Buen Dios que nuestro carisma ofrece. Después nos dejamos iluminar otra semana por las reglas de discernimiento de San Ignacio de la mano del jesuita Darío Restrepo, algo que nos dio luz y pistas para seguir reconociendo en la vida cotidiana y en este momento en especial, los trazos del Buen Espíritu en nuestra vida; todas, desde los distintos modos y culturas coincidimos en que fue de gran ayuda acercarnos así al discernimiento. También hemos compartido y disfrutado con nuestra hermana Patricia Villarroel al ir redescubriendo junto con ella el sentido de nuestros votos. Fueron días ricos de encuentro, de disfrutar la fraternidad, de ahondar en cómo estos tres votos son medios para seguir amando y sirviendo mejor al Reino que Jesús propuso.
Y la guinda de este mes de marzo ha sido la Semana Santa que hemos tenido la suerte de vivirla en Las Mesas en “misiones”. Allí cada una de las cinco hermanas junioras hemos estado acompañadas por una hermana de Colombia (Libia Rosa, Gloría María, Ana Lucía, Consuelo, Berta y Yenid Lorenza) y con ellas, hemos estado en el pueblo y en las distintas veredas de la zona acompañando a la gente para vivir este tiempo importante. Han sido días preciosos donde acercarnos a la realidad de la gente, donde vivir la hospitalidad de los sencillos, donde compartir arepas y “tinticos”, donde aprender del campo y sus ritmos, disfrutar de las celebraciones sencillas, de las tradiciones de la zona, de la fe del pueblo... estamos muy agradecidas por todo lo contemplado, compartido y celebrado. Y también a las hermanas que nos han acogido y acompañado esta Semana Santa.
Y ahora entramos de lleno en este tiempo de Pascua que habla de Alegría, Luz, Vida, de Promesa... y creo que la experiencia de Semana Santa, el pasar y conocer nuestra presencia en Pereira y la acogida pascual y cariñosa de las hermanas de la comunidad de Medellín al volver a casa nos invitan a vivir este tiempo que tenemos por delante de esa manera: con Alegría y Esperanza en que la Vida tiene la última palabra aunque a veces estemos “aun a oscuras”.
Seguimos bien, caminando en este tiempo de experiencia internacional y tratando de acoger todo lo que en ella se nos ofrece. Muy agradecidas a nuestras hermanas de comunidad de Medellín que siguen acompañándonos en este tiempo con mucho cariño y cuidado.
¡Os deseamos muy feliz Pascua de Resurrección a todas!
10/04/2018