
Como ya les compartimos hace unos días, el pasado 20 de enero iniciamos un tiempo especial de preparación a los votos perpetuos, un período de reflexión, discernimiento y encuentro con el Señor en la profundidad de nuestra vocación. Han sido semanas de intenso y profundo trabajo, en las que cada experiencia vivida nos ha permitido releer nuestra historia a la luz del amor de Dios.
Este tiempo ha sido un espacio privilegiado para mirar nuestro caminar con gratitud, reconocer las huellas del Señor en cada etapa de nuestra vida y reafirmar nuestra respuesta a su llamado. En medio del silencio, la oración y el compartir fraterno, hemos sido invitadas a dejarnos moldear como barro en las manos del Alfarero, confiando en que su gracia transforma nuestra fragilidad en fortaleza y entrega generosa.

Un camino de formación y encuentro.
Durante la primera semana, nos acompañó Santiago Romero, de la Fundación de Investigación y Promoción Social “José Peralta”, de Quito, Ecuador. Junto a él, profundizamos en la realidad del mundo actual a través del lente de las condiciones políticas, económicas y sociales, las cuales nos interpelan. Las cifras de desigualdad, pobreza y migración nos impactaron no solo como datos fríos, sino porque detrás de ellas hay rostros, historias y vidas marcadas por la injusticia, muchas de las cuales conocemos de cerca.
En la segunda semana, tuvimos el acompañamiento de nuestra hermana Aurora Laguarda, ss.cc., quien nos guio en un profundo viaje al interior de nuestro corazón y al corazón de nuestro Buen Dios. A través de este recorrido, reflexionamos sobre nuestra historia personal y vocacional, contemplamos la vida de las mujeres en la Biblia y meditamos sobre qué significa ser mujer consagrada hoy.
Renovando nuestro compromiso.
Cada día trae consigo un desafío, una interpelación, una invitación a ir más allá y a vivir con mayor profundidad el carisma que nos ha sido confiado. La contemplación, la misión y la vida fraterna han sido el eje de este proceso, ayudándonos a interiorizar lo que significa ser mujeres consagradas en los Sagrados Corazones hoy.
Seguimos caminando con esperanza, sabiendo que este tiempo de preparación no es solo un paso previo a la profesión perpetua, sino un compromiso renovado con la vida y la misión a la que hemos sido llamadas.

04/02/2025