Queridos hermanos y amigos:
Como todos Uds. lo saben el día de ayer un terremoto de más de 7,8 grados devastó varias zonas de la costa ecuatoriana.
Poco a poco el país va enterándose de las magnitud de la catástrofe. Se habla actualmente de 280 muertos pero el Arzobispado de Portoviejo (Provincia de Manabí, la zona más afectada) habla de miles de muertos. De hecho, varios equipos de sacerdotes de la Arquidiócesis de Quito parten esta misma noche a Manabí para aportar consuelo y esperanza y ayudar a enterrar a los muertos.
Hay zonas a las que aún no han llegado ni siquiera los primeros socorros, y otras como Pedernales que se encuentran totalmente destruidas.
Las imágenes que habíamos visto en los grandes terremotos de Japón o Chile tienen ahora rostros ecuatorianos en personas que son muy cercanas a la gente que conocemos.
Manabí es una de las provincias que más migrantes tiene al interior del país, y no ha sido raro que en las celebraciones eucarísticas la gente de nuestras comunidades ore por sus padres, hermanos y familiares; algunos aún desaparecidos, otros sin comunicación, la gran parte con sus viviendas en el suelo.
La devastación material es tan atroz que uno queda impactado de ver la fuerza de la naturaleza: edificios de 5-6 pisos hechos añicos en el suelo, carreteras de hormigón armado que parecen quebradas; y dentro de esos escombros niños y adultos que gritan esperando ser rescatados.
Para todos ha sido un día en el que más de una vez se nos ha hecho un nudo en la garganta y se nos ha estremecido el corazón.
Gracias a Dios todos los hermanos SSCC están bien. De nuestras presencias la zona más afectada es La Concordia en donde el templo parroquial ha sufrido tantos daños que debe ser demolido inmediatamente. Hoy las celebraciones eucarísticas fueron en el parque central de la ciudad. En los días que vienen juntamente con el Obispo de Santo Domingo tomaremos las medidas más convenientes para salvaguardar la seguridad de todos y comenzar de alguna manera la reconstrucción. Nuestros hermanos que provienen de la Provincia de Manabí sufren en sus familias los destrozos materiales del terremoto: los papás de Juan Carlos Vélez (actualmente socius del Noviciado Interprovincial en el Perú) y los familiares de José Castro (que cumple 25 años de sacerdocio el miércoles) han perdido completamente sus viviendas y gran parte de sus enseres materiales.
Gracias a Dios las muestras de solidaridad no se han hecho esperar. Nuestras parroquias se han convertido en centros de acopio de víveres y ropa. Esta misma noche un primer camión de la Vicaria Episcopal donde se encuentra nuestra parroquia de los SSCC de San Carlos en Quito saldrá a Manabí transportando nuestra ayuda.
Les ruego que pongan en su oración a nuestro país y a todos los que sufren en estos momentos las consecuencias de este terremoto que como suele suceder, lastimosamente, son los más frágiles y desvalidos.
Les mantendré informados de la situación y de nuestro accionar como Congregación.
Les agradezco a todos por sus mensajes de solidaridad y su preocupación.
David de la Torre, sscc
17/04/2016