La visita que hice a la Provincia de Brasil tenía dos motivos: conocer la realidad de la Provincia a través de sus comunidades y obras y participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ)
A través de estas líneas les comparto algo de mi estadía en Brasil. Llegué el día 1° de julio a la ciudad de Río de Janeiro. Fui a Campo Grande, a São Paolo, a Belo Horizonte e a Patrocinio. En cada una de las comunidades u obras de la Congregación, los hermanos (muy atareados con la pastoral y la JMJ) me acogieron bien y me hicieron visitar algunas capillas vinculadas a la sede parroquial o matriz. Percibí ¡cuántos trabajadores faltan todavía en la mies del Señor!, pues el terreno pastoral es inmenso en esta nuestra provincia. Si comparamos la inmensidad del campo pastoral, el número de hermanos es muy reducido. Lo que nos insta a aumentar nuestras oraciones para que Dios nos envíe muchas y buenas vocaciones. Tuve también la oportunidad de conocer a algunas hermanas sscc., sobre todo en Belo Horizonte. Agradezco de todo corazón a los hermanos por el compromiso en su trabajo, por el esfuerzo en el anuncio del amor de Dios y por la acogida que me brindaron.
La JMJ comenzó con la semana “misionera” en Belo Horizonte. Vinimos muchos jóvenes de nuestras, del mundo entero, en especial de América Latina. La semana fue muy buena. Estuvimos dos días en Belo Horizonte y cinco en Patrocínio. Todos vivimos una semana de oración y de fe. Fuimos acompañados por las familias, por la policía e incluso por las autoridades estatales. Digno de destacar el hecho que los jóvenes creen en ellos mismos y saben que son los protagonistas de su fe. Vivieron realmente el lema de este Año de la Fe: “Ser misioneros”. Puedo decir que la Iglesia está viva porque la juventud está aún viva.
De camino a la JMJ en Río de Janeiro, pasamos por la comunidad de Pindamonhangaba y por el Santuario de Nuestra Señora de Aparecida. En Río mismo, a pesar de la extensión de la ciudad, fue una gran alegría el ver a jóvenes, venidos del mundo entero, con camisetas de diferentes colores, coreando el himno de la JMJ y gritando que “son los jóvenes del papa”. Manifestaban así que son católicos y que creen en un mundo nuevo.
La Jornada es realmente un encuentro de los jóvenes en que rezan, cantan, pasean y manifiestan la fe en Jesús, junto al papa. Dicen así que ¡vale la pena ser joven y participar en la JMJ! Fue interesante la convivencia con los jóvenes.
Quiero terminar agradeciendo a los hermanos y hermanas que acompañaron a nuestros jóvenes sscc. Reconozco que su trabajo fue duro pero vi también en los rostros de cada uno y de cada una la felicidad de estar con los jóvenes y de compartir con ellos este momento importante con el Papa y con otros jóvenes del mundo.
Que todo lo recibido a lo largo de esta JMJ sea una semilla buena para la vida de cada joven en el mundo. Que ellos sean realmente misioneros de la fe en Cristo en sus países y sus comunidades. Un agradecimiento particular al provincial de Brasil, Vinicus, y a todos los que ayudaron en la organización de esta JMJ de Río 2013. Cuidemos a los jóvenes de nuestras obras pues son la felicidad de la Iglesia y el futuro de un mundo mejor.
Camille Sapu sscc
Consejero General.
29/07/2013