"En Jesús encontramos todo"

CONGREGACIÓN DE LOS SAGRADOS CORAZONES
de JESÚS y de MARÍA
Gobiernos Generales de Hermanos y Hermanas, Roma

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† Hna. Anselma OÑATE sscc (Ecuador)

“Todo, por Dios, todo en Dios, todo para Dios” (B.M.)


    El día 6 de Noviembre del 2007 a las 22:H00, partió a la casa de Padre Dios, nuestra querida Sor Anselma (María Edelina) Oñate Álvarez.
 
    Anselmita, nació el 27 de Mayo de 1925 en Cotocollao – Quito – Ecuador, fue bautizada a los pocos días de nacer. Perteneció a una familia profundamente cristiana, donde le inculcaron los valores evangélicos e hicieron de ella una mujer humilde, sencilla, trabajadora y siempre en búsqueda de Dios. Desde muy niña gustaba de la oración.
 
    Conoció a las Hermanas de los ss.cc. y se sintió atraída por la Adoración; fue así como en 1943 fue recibida como postulante, pronunciando sus votos perpetuos el 1º de Mayo de 1949 en Rumipamba.
 
    Siempre se le consideró un alma fuertemente contemplativa, gustaba en sus momentos libres de pasar largos ratos junto al Sagrario.
 
    Era muy disponible al querer de Dios y aceptaba con espíritu de fe y docilidad las obediencias; estuvo 20 años en la comunidad Quito-Centro, atendiendo la portería y la cocina; pasó por las comunidades de Manta, Rumipamba, Casa de Oración y Buena Madre, en todas ellas se desempeñó con sencillez, responsabilidad y deseos de servir a las hermanas; su espíritu comunitario le impulsaba a visitar a las enfermas de las comunidades vecinas con mucha frecuencia, a pesar de su problema de salud, pues padecía una seria complicación de columna vertebral que le iba reduciendo.
 
    Hace un mes, debido a su estado delicado de salud, llegó a nuestra comunidad de San José para cuidarle, porque ya le era difícil manejarse sola. Fue recibida con mucho cariño no solo por las Hermanas, sino también por el personal de enfermeras, pues veían en ella una alma de paz, suave y muy agradecida, a pesar del gran sufrimiento que vivió este último tiempo por su enfermedad y sintiendo su imposibilidad física de ayudar en algo. Ofreció todo esto por la Congregación.
 
    Anselmita nos llevó la delantera, pero estamos seguras que tenemos una gran intercesora ante el Buen Dios y le seguimos pidiendo que nos alcance la gracia de ser cómo ella, auténticas hijas de los ss.cc. Agradecemos al Señor por el ejemplo de su vida sencilla y su humildad.
 
    A pesar de la seguridad de saberla gozando del amor del Padre Dios, les pedimos aplicar por ella las oraciones prescritas por nuestras Constituciones.
  
Hna. María Antonia García del Valle, ss.cc.
Y Hnas. de la Comunidad de San José

07/11/2007