Hijo de Andrés Abjean y Margarita Stéphan, Jean Louis (nombre civil de Hervé) nació en la localidad de Kernilis, Departamento de Finisterre, Región de Bretaña, en Francia, el 27 de octubre de 1920. Al día siguiente fue bautizado en su mismo pueblo natal.
El 7 de septiembre de 1939 inició su noviciado en Montgeron, profesando sus primeros votos al año siguiente, el 15 de septiembre de 1940. Tres años más tarde, el 24 de septiembre de 1943, profesó sus votos perpetuos, mientras que el 9 de diciembre de 1945, en Châteudeun, recibió la ordenación presbiteral, de manos de Monseñor Haiscouet.
El 24 de diciembre de 1946, con 26 años de edad y un año de ministerio sacerdotal, llegó a Chile, en uno de los últimos grupos de religiosos franceses de la Congregación que arribaron a nuestro país. Pronto fue destinado a la comunidad de Viña del Mar, donde desde febrero de 1947 en adelante prestó diversos servicios, entre otros: capellán y profesor del Colegio, ecónomo y consejero. Siempre se mantuvo abierto a otros servicios en la ciudad, principalmente en la atención a los jóvenes y a los enfermos. En 1954 viajó a Francia.
Seguramente este rasgo de apertura a otros servicios apostólicos llevó a Hervé a ser parte de los primeros grupos de hermanos que en la Provincia se abrieron a un servicio parroquial. Es así como en 1960 lo tenemos viviendo en Santa Inés, lugar donde estará hasta el día de su muerte, sólo con las interrupciones de sus viajes a Francia. De 1960 a 1969 es vicario cooperador, en 1970 viaja a Europa y en 1971 está de vuelta en Santa Inés. Su nombramiento oficial como párroco está fechado el 16 de octubre de 1975.
En su más de 47 años en la Parroquia de María Auxiliadora, en el vasto sector de Santa Inés y, más adelante, en las nuevas poblaciones de Libertad y Granadilla, Hervé mostró siempre un gran espíritu apostólico y un trato sencillo, cercano y franco con la gente. Teniendo un carácter enérgico y más bien reservado, supo crear lazos significativos con aquellos a quienes sirvió y acompañó. Como se señaló en la homilía de la misa de su funeral, Hervé fue como aquel siervo del Evangelio (Lc 17, 7-10) que sirve a su señor, que está dispuesto a posponerse –a posponer su propia gratificación- porque lo que le preocupa es lo que su señor manda y necesita: “... el hecho mismo de su partida como misionero a los 26 años, y sobre todo su largo ministerio entre ustedes, con constancia, sin hacer mucho ruido, celebrando y transmitiendo la fe, creando lazos con ustedes, su comunidad, dan muestras de su temple, de su decisión de entregarse con todo el corazón. No sin limitaciones, pero con todo el ser, porque ese era su compromiso con su Señor”.
En los últimos meses, la salud de Hervé se fue debilitando, a causa de insuficiencias hematológicas que habían sido detectadas desde hace años. El 10 de junio pasado fue internado en la Clínica Reñaca, de Viña del Mar, debido a una infección respiratoria severa (neumonía). Luego de dos semanas en la UCI, donde debió contar con ayuda mecánica para respirar, falleció el domingo 24 de junio, a las 14.30 hrs.
Su cuerpo fue velado en el templo parroquial de Santa Inés desde el domingo en la tarde hasta el martes 26. Numerosas personas dieron testimonio durante esos días del bien que recibieron de Hervé y una numerosa asamblea de fieles de la parroquia, de amigos, ex alumnos, religiosas, sacerdotes del clero y hermanos de la Congregación lo despidió en la misa exequial celebrada a las 15.00 hrs. del martes 26 de junio. Fue sepultado esa misma tarde en la cripta de la Iglesia SS.CC. de Valparaíso.
24/06/2007