La comunidad de la Casa General cerró el año Eustaquio el viernes 4 de diciembre 2015, con una adoración en la que se oró especialmente por nuestros hermanos, familiares y amigos enfermos. La adoración fue animada por nuestro Superior General, Javier Álvarez-Ossorio, que era el hermano encargado de la liturgia en esa semana.
Dos símbolos, el aceite y el agua, estuvieron presentes en el altar con el Santísimo Sacramento. El Santísimo Sacramento es la presencia de Jesús como el pan de vida para nosotros. El agua es el símbolo de la presencia de Dios Padre, fuente de vida para todos, y el aceite es la presencia del Espíritu Santo que nos unge, especialmente a los enfermos.
Con la presencia del espíritu de nuestro hermano Eustaquio recordamos a todos nuestros hermanos y hermanas enfermos, jóvenes y ancianos, en la Congregación. También encomendamos nuestros familiares enfermos y las personas enfermas que han pedido nuestras oraciones. Dimos gracias a Dios, y también pedimos su bendición para las personas que atienden y cuidan a nuestros hermanos enfermos. Confiamos todos ellos al cuidado de Jesús a través de la intercesión de nuestro hermano Eustaquio.
Con esta adoración cerramos nuestro Año de la Salud y la Reconciliación, y estamos listos para dar la bienvenida al Año de la Misericordia, que comenzará el próximo martes, el 8 de diciembre.
05/12/2015