La ordenación sacerdotal del hermano Javier Yarce Ramírez sscc tuvo lugar en la Catedral Basílica de la ciudad de Puebla de los Ángeles, México. El ordenante fue el arzobispo don Víctor Sánchez Espinosa. Estuvieron presentes hermanos y hermanas sscc de las distintas presencias de la Congregación; también el provincial Carlos Mendoza. Todos se dieron cita en Puebla para acompañar y festejar a Javier.
La invitación de don Víctor hacia Javier fue: “que tu ministerio sacerdotal esté siempre en sintonía con el pueblo que sirves, que el don recibido por la gracia de Dios te dé la santidad y la sabiduría necesarias para vivir en fidelidad tu apostolado; te exhorto a vivir tu ministerio en la mayor profundidad según la vida espiritual y apostólica de tu Congregación religiosa”.
La familia de Javier y la comunidad se reunieron posteriormente en la Parroquia de Nuestra Señora del Refugio, que atienden los hermanos al sur de la capital poblana, para compartir los alimentos y compartir la alegría del nuevo ordenado.
La primera misa de Javier será el día 21 de marzo, en el Santuario Guadalupano, comunidad del sector parroquial en donde Javier se crio.
Palabras de Javier al final de la ordenación
Queridos hermanos del pueblo de Dios, don Víctor Sánchez, pastor y guía de esta Arquidiócesis de Puebla, y hermanos presbíteros, diáconos, catequistas y ministros, religiosos y religiosas, hermanas y hermanos en los Sagrados Corazones de Jesús y de María:
Estoy muy feliz; siento que la alegría del Evangelio que tengo en mi corazón es indescriptible y se nota en sus rostros, en el mío... en el rostro de nuestro SER Iglesia...
Hace 150 años, un día como hoy, pero de 1864, un joven de 24 años, religioso SSCC y diácono, desembarcó en Honolulu, Hawaii, con esa misma alegría evangélica y misionera para "embarcarse" en una experiencia de adoración y de acción en el amor de Dios, sirviendo a sus "queridos leprosos", que el Espíritu Santo le regaló para vivir plenamente su carisma sacerdotal.
San Damián de Molokai es un pastor de la comunidad que invita a contemplar, vivir y anunciar el amor de Dios en un presbiterado entregado hasta el extremo, en un contacto profundo con el Buen Dios, para salir después al encuentro de sus hijos e hijas que esperan de su misericordia.
La Iglesia hoy, con la invitación del papa Francisco, nos exhorta a salir y hacer lo mismo. Por el sacramento del orden recibido quiero acercarme a servir a su pueblo en la unidad del amor, la Palabra y gracia de Dios.
En nombre de Cristo agradezco a mi querida familia que está también de fiesta, a mis hermanas y hermanos de Congregación su cercanía fraternal. Me encomiendo a la mutua oración y cuidado, que la ternura y la alegría del Evangelio permanezcan encendidas en nuestros corazones.
¡Qué san José, padre amoroso y adoptivo de Jesucristo, esposo casto y fiel de Nuestra Madre María de Nazaret, me anime y nos muestre cómo debemos aceptar el plan de salvación de nuestro Padre Dios en nuestras vidas! ¡Qué así sea!
¡Muchas gracias!
21/03/2014