El miércoles, 3 de septiembre, en el Simposio de Salud y Paz en el campus de la Pontificia Universidad Católica de Minas, ha intervenido el profesor y psiquiatra Renato Diniz Silveira, que hizo su primera comunión en la iglesia del Padre Eustaquio, nos habla de “Oír con el corazón: salud mental y llamado al cuidado”. Indica que ser equilibrado todo el tiempo no es humano. La salud no es perfecta, tiene sus dolencias. Los médicos se centran más en el proceso que en escuchar de corazón. Cuidar es escuchar. Para ayudar a alguien hay que llegar directamente a la persona. Cuando el Padre Eustaquio habla de Salud y Paz se refiere al cuidado integral.
El profesor Diniz habla además de la fragilidad en la debilidad. La fragilidad es la conciencia de nuestros límites, la percepción de que somos vulnerables. La vida no es fácil. Se refiere también al poder neuroquímico de la acogida, que tiene un efecto cerebral: el efecto de la acogida, de la oración.
La vida nos recuerda a cada momento que no conseguimos vivir solos. Necesitamos de redes de apoyo, de vínculos de confianza, de personas que nos escuchen con el corazón abierto. Oír con el corazón es la tarea de todos nosotros. Significa ser capaz de interrumpir la prisa para colocarse delante del otro sin máscara, sin juicio, ofreciendo presencia como hizo el Padre Eustaquio. La presencia es más importante que las palabras. El P. Eustaquio se dedicaba a cuidar la salud física y espiritual de los fieles, recomendando remedios naturales y siempre enfatizando la disposición de Dios en curar a las personas. La santidad puede hablar a nuestra humanidad.
La segunda parte de la mañana ha estado dedicada a una mesa redonda: “Salud para vuestros cuerpos: interfaces entre las ciencias de la salud y las ciencias de la religión”, con la participación de los profesores Clayton Lima Melo, Marina Pereira Rocha y Carlos Frederico Barboza de Souza. El profesor Clayton recordó al P. Eustaquio: “Que nada os perturbe… Solo Dios queda eternamente”. Necesitamos urgentemente rescatar las conexiones humanas. La reconstrucción de lazos pasa por redescubrir instintos sociales básicos: pertenencia, confianza y colaboración. La forma sobre cómo los cuidados son prestados es tan importante como el propio cuidado.
La farmacéutica Marina Pereira habla de las plantas medicinales del P. Eustaquio: un encuentro entre fe y ciencia. Además de bendiciones, el P. Eustaquio recomendó algunas plantas. Conocedor de la vida de San Damián de Molokai ss.cc., apóstol de los enfermos de lepra, sabía que el misionero belga utilizaba baños de hierbas, conocimiento botánico europeo con saberos locales que aplicaba a los enfermos. En Romaria se conserva todavía el huerto medicinal del P. Eustaquio. ¿Qué aprendemos de Eustaquio?
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La fe no anula el conocimiento científico.
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Unión de fitoterapia europea y plantas brasileña.
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Nuevas terapias.
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P. Eustaquio nos recuerda que cuidar del otro es sembrar semillas.
El saber popular sobre las plantas no es un legado del pasado. Es una simiente viva de cuidado que el Padre Eustaquio nos invita a sembrar nuevamente en este centenario.
03/09/2025