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Estimados Hermanos y Hermanas,
La Hermana Raymonde PANAFIEU nació el 5 de noviembre de 1918, día en que también recibió el bautismo en San Alban en Lozère. De una familia modesta quedó huérfana muy joven, esa carencia de afecto la marcó toda su vida.
Después de algunos meses de postulantado en Mende, la Hermana Raymond inició, junto a otras cinco compañeras de Lozère el noviciado en Picpus. Allí pronuncia sus primeros votos el 5 de agosto de 1937. Fue enviada a Rennes para servicio de cocina y lavandería. En 1940 luego de su profesión perpetua se integra sucesivamente en las comunidades de Nantes y Sees en el servicio a las damas pensionistas y en el duro trabajo de lavandería.
En 1970, Sor Raymonde vuelve a Picpus donde permaneció durante 30 años en lavandería, planchado en el pabellón de la “Savonnure” al fondo del jardín. Con sus dos fieles compañeras de trabajo, Sor María-Blaise Salmon y Sor Antonina Gudsyte formaron un “trío” unido, eficaz en el trabajo, minucioso. Sobre todo, estaban animadas por una complicidad alegre que las hacía sentir una real pequeña comunidad de vida, de trabajo y de oración que se irradiaba en el conjunto de la gran comunidad. Todavía joven a consecuencias de una gripe mal curada perdió la audición. Para que la sordera no la aislara completamente, la Hermana Marie-Blaise se ponía a su lado para ser su oído y saberle comunicar lo que no podía oír.
La Hermana Raymonde nos deja el recuerdo de una hermana humilde y discreta, dulce y generosa, siempre atenta a sus hermanas, siempre cuidadosa de hacer de la capilla un lugar de gran belleza. De hábiles manos, le gustaba tejer hermosos manteles de encaje que regalaba a sus hermanas en las bodas o fiestas. Después de 50 años de trabajo ininterrumpido fue a la comunidad de Mans en el año 2000 y en el 2004 llega a Poitiers, a la maison de acogida donde falleció el 2 de marzo de 2010.
Los últimos años de la Hermana Raymonde fueron marcados por un debilitamiento progresivo de su salud física y psíquica. Desde hacía dos años no podía casi hablar y manifestaba su sufrimiento interior a través de una mirada cargada de tristeza o por gritos de dolor que su entorno en vano procuraba aliviar.
La Hermana Raymonde encontraba su fuerza en la oración y en la consagración a los Corazones de Jesús y de María al servicio de los cuales se dedicó enteramente. Estamos seguras de que ellos la recibirán hoy para llevarla a la Casa del Padre donde habrá encontrado “el pequeño patrón”, a Sor Marie-Blaise y a su querida Antonina. Humilde servidora, tendrá allí el mejor y bello lugar.
De acuerdo al texto de Jeanne Cadiou ss.cc. el día de las exequias, viernes 5 de marzo de 2010.
Sor Marie-Hélène Granjon
02/03/2010