Nuestra querida Hermana Silvia nos ha dejado para entrar definitivamente en la Casa del Padre el 8 de agosto, a las 8’20 am. Los días de enfermedad, hospitalización y grave operación quirúrgica han sido breves. Sin duda estaba preparada para la entrega definitiva de su vida: repetidas veces nos habia dicho con su característica sencillez que deseaba morir.
Silvia, nacida el año 1929, en Villar de Mazarife, llegó muy joven al Noviciado del Escorial donde hizo sus primeros votos en 1949 y su profesión perpetua en Paris, en 1953. Las comunidades de Fuencarral, Santander, Barcelona, Salamanca, Jaraiz fueron sus lugares de presencia y servicio a lo largo de su vida. Pero especialisimamente importantes y significativos fueron para Silvia los años pasados en “Mensajeros de la Paz” donde se dedicó con inmenso cariño y generosidad al cuidado de los pequeños que se nos confiaban. Y allí dejó tambien una huella imborrable: por nuestra casa del Escorial hemos visto pasar varias personas, hoy ya adultas y madres de familia, a quienes gustaba venir a verla y agradecer los felices años pasados en el hogar. Una de ellas nos decía hace muy poco: “Nunca podré olvidar a Silvia, no solo por todo lo que me cuidó de pequeñita (lavarme, vestirme, darme de comer, quererme, acompañarme etc...) sino sobre todo porque me descubrió a Jesús y su camino; y hoy gracias a Silvia me siento segura en la vida siguiendo ese camino, que sé que es el verdadero”
Los últimos años de su vida los ha pasado en nuestra casa del Escorial donde tambien ha servido hasta el final con gran sencillez, calladamente, humildemente, sin ruido pero con mucho cariño para sus hermanas de comunidad. Ha sido un alma de oración; el movimiento carismático con el que tuvo relación durante algún tiempo, reavivó en ella una gran atracción por la oración de alabanza que marcaba su vida y sus horas de Adoración.
Tenemos la inmensa confianza de que Silvia ha sido acogida con infinito Amor en el Corazón de Dios Padre. Sin embargo os pedimos que, junto con nosotras, pidáis por ella para que, purificada de toda mancha e imperfección, pueda cuanto antes gozar de la Vida, Luz y Paz que no terminan.
Os quedamos siempre unidas en los SS.CC.
Maria Paloma Aguirre, ss.cc.
11/08/2011