Nuestra Congregación fue fundada por dos personas a las que Dios concedió su gracia de un modo particular. Desde los primeros años y hasta hoy, los llamamos familiarmente el “Buen Padre” y la “Buena Madre”.
El día de Navidad de 1800, el fundador y la fundadora se comprometieron juntos a colaborar con “la obra de Dios” que es la Congregación. El Papa Pío VII confirmó la Congregación en el año 1817 con la bula "Pastor aeternus".