La Buena Madre“Es en medio de penas y tribulaciones que debemos acrecentar nuestra valentía, la mía, a pesar de la tortura, no la he conseguido todavía, así que sufro y sufro mucho; en esto estriba mi pena”.
El Buen Padre “Voy. Me encuentro un poco cansado, pero mañana debemos comenzar de nuevo. Veo claro que Dios quiere todo lo nos sucede para sigamos en la cruz”.
La Buena Madre“El ser bueno no es cuestión de estar siempre en la iglesia ni de guardar un silencio morboso; más bien debemos estar dispuestos a decir siempre “Dio mío, aquí estoy, haz de mí lo que quieras”.
El Buen Padre “No olvidemos que rezamos mejor el “Pater Noster” cuando, como san Francisco, somos despojados de todo incluso por aquellos que debieran mostrar interés por nosotros”.
La Buena Madre“Lo que Dios cuida, lo cuida bien. Yo he sobrevivido a toda clase de turbulencias. Dios nos ama sin duda alguna. Si nos quiere por más tiempo, que se haga su voluntad”.
El Buen Padre “Sean ahorradores, mis queridos hijos; no emprendan nada que pueda ocasionarles la pérdida del espíritu de pobreza”.
La Buena Madre“Tenemos muchas penas, preocupaciones especiales, pero las pongamos todas ellas a los pies de la cruz. Y digamos entonces un sincero ‘fiat’”.